La Unidad de Maestrías y Posgrados en Economía (UMPE) de la UM recibió el jueves 16 de junio al economista, político y diputado de Argentina, Mag. Ricardo López Murphy, para brindar una conferencia. Dirigida tanto a interesados internos como externos de la Universidad de Montevideo, López Murphy reflexionó sobre la situación económica de América Latina en la pospandemia y el contexto de la crisis entre Rusia y Ucrania.
Previo al análisis macro, habló sobre la economía en Argentina. “Esta es la única vez que vamos a ver una crisis en Argentina con términos de intercambio como nunca tuvimos”. Indicó que el devenir de los acontecimientos es crítico y parafraseó al Dr. Roberto Teodoro Alemann, ex ministro de Argentina, respecto a las tres preguntas que se deben responder a nivel económico: “Qué tenemos, qué queremos y cómo lo haremos. El punto de partida, los objetivos y la secuencia de elementos que vamos a seguir”.
Pospandemia y guerra de Rusia
El diputado definió la pospandemia y la guerra de Rusia y Ucrania como dos “shocks” que recibió la economía mundial: “Creo que el grueso de ciudadanos del mundo no imaginaba una pandemia de la naturaleza que tuvimos; pero tampoco una guerra en el centro de Europa, tradicional, clásica, con batallas intensísimas de artillería como hay en este momento”. A su vez, afirmó que la respuesta al aislamiento por el Covid-19 fue asimétrica y explicó que la demanda creció antes y en mayor medida que la oferta. Si bien existieron medidas extraordinarias en materia fiscal y monetarias, el gasto en economías avanzadas creció y la deuda escaló: “En 2007 era de 72 puntos del PBI. Llegó a 100 en 2010 y dio otro brinco a 115”. Respecto a este ascenso, reflexionó que no ha tenido precedentes y dicha combinación con la suba de tasas de interés “lleva a aguas no conocidas”.
También se refirió a una enorme confianza por parte del mundo en que el exceso de ahorro y las ganancias de productividad no iban a “convocar el fantasma de la inflación” pero, afirmó López Murphy, la inflación se desató. A esto se le sumó la invasión de Rusia a Ucrania, lo que causó “un salto en commodities muy críticas” y desacomodó la logística mundial. “El mundo asiste a una aceleración de la inflación muy extendida y difundida”, explicó. También manifestó que parte de la tasa anual de inflación hacia diciembre de 2022 se va a adecuar a la deuda pública y los excesos monetarios.
Para realizar un abordaje más general, el experto se remitió al final de la Segunda Guerra Mundial y remarcó que Estados Unidos tuvo entre 1946 y 1948 inflaciones “extraordinarias” que fueron lo que permitió a casi toda América Latina volver al mercado de deuda, ya que la pagaron debido a la devaluación del dólar en dicha década. “El riesgo que está corriendo Estados Unidos y Europa es que la tasa de inflación se aloje en niveles uruguayos y la baja sea laboriosa, es decir, que obligue a varios años de esfuerzo”. Matizó que esta situación no era pensable en 2021.
“Cuando viene la crisis de la pandemia, el instrumento que se usa es -de nuevo- otra gran expansión monetaria para amortiguar los excesos de la política fiscal. Y eso por bastante tiempo no generó alarma hasta que empezaron los índices de precios a picotear hacia arriba. Y yo diría que el shock combinado es también una excesiva confianza en el cambio tecnológico energético que hay en el mundo. Un gran desarrollo de las energías solares, eólicas, de
sustitución y un gran desarrollo de autos eléctricos”. Explicó que la idea de que la demanda de energía hidrocarburífera disminuía, provocó que las empresas dejasen de invertir en búsquedas de reserva. Puntualizó que cuando Rusia como principal proveedor de energía entró en guerra, los precios subieron a magnitudes asombrosas. “Es muy inflacional y es, al mismo tiempo, muy recesivo”.
“En el único país donde las cosas son raras es en Japón”, declaró. “Japón es una economía que tiene un problema muy serio de angustia por el futuro, una gran preocupación por la extensión de la esperanza de vida, de ahorrar para poder financiarse en el futuro y esa cuestión ha metido una política deflacionaria sistemáticamente que Japón ha combatido, creo yo, correctamente, monetizando. En Japón –prácticamente- la deuda la tiene el Banco Central. El Banco Central se compró la deuda”.
Una revisión de cómo se armó el mundo
Para terminar, López Murphy explicó la evolución de la economía mundial en tres tramos: la salida de la guerra, el período de 1980 -2010 y el período de 2010 a la actualidad.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, declaró que se construyó cómo volver de la guerra. Nacieron instituciones para evitar la guerra y los trastornos del periodo de entreguerras. Uno de estos trastornos fueron los conflictos comerciales, además de los financieros. Por ello es que se colaboró políticamente y se creó la Unión Europea, las instituciones que derivaron en el Mercosur, entre otras. “El Banco Mundial fue -al comienzo- el banco de la reconstrucción europea después de la guerra y la reconstrucción japonesa; pero después se dedicó a los países emergentes”. De esta manera, las naciones encontraron formas de resolver conflictos y construir integración económica. La Guerra Fría, puntualizó, fue el periodo más extraordinario de la humanidad: “Se quintuplicó el PBI global. Hicieron una transformación extraordinaria de la integración mundial. Dos mil quinientos millones de personas dejaron de ser extremadamente pobres y mil quinientos millones pasaron a formar parte de los sectores de ingresos medios. Hubo una inmensa revolución en el mundo en la posguerra”.
Desde mediados de los ’80 hasta el 2010 fue considerada una época en la que se creía el fin de la historia. Con el derrumbe de la Unión Soviética, indicó, la convicción de la población era la de un tiempo en el que se construirían democracias liberales. “El mundo vivió también una época de integración extraordinaria”. El PBI creció y el comercio internacional aumentó hasta llegar a ser 60% del PBI. “La inflación dejó de ser una preocupación en muchos países”. Explicó que uno de los indicadores fue la explosión de los teléfonos celulares.
En el último tramo, que inició en 2010, surgió desconfianza y comenzaron a “desquebrajarse” las certezas alcanzadas en los periodos anteriores. Empezaron a surgir movimientos autoritarios y anti status quo, comenzaron a prevalecer ideas que cuestionaron la democracia liberal y la economía de mercado. “Una parte de Europa fue abandonando la democracia liberal. Hungría y Polonia son, entre comillas, democráticas, pero tienen un régimen que no es como el resto de Europa. Por supuesto Rusia ya tenía peculiaridades hegemónicas y violentas, la ocupación de distintos países como Chechenia, como Georgia, este experimento que estamos viviendo ahora ocurrió ya en otros países que quizás con una resistencia menor a la que han encontrado en esta oportunidad y con otras características. Pero ese mundo de la paz empezó a tener tensiones”.
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